Miniconto#3 La carretera

Estaba por ocultarse el sol cuando desde el centro de la ciudad de Quepos (Costa Rica) nos dirigimos a la casa de Isabel. Una persona que a través de couchsurfing nos había ofrecido hospedaje. Ya habíamos pedaleado 40 km ese día. No sabíamos muy bien a dónde íbamos. Solo que teníamos que volver a la carretera principal, en algún punto cruzar a la izquierda y seguir hasta la escuela públicas de Londres. Isabel vive a la par de la escuela. Al llegar al cruce, nos enteramos que faltaban 14km, en una carretera de tierra. La ciudad ya la habíamos dejado atrás y donde ahora estábamos no parecía un buen lugar para quedarnos.  Sin la luz del sol y con una pequeña linterna decidimos adentrarnos en la nube de polvo que hacían los carros y definía nuestro camino. Veíamos poco. Entre el polvo y la falta de luz. Seguimos… Sometidos a la fuerza de la carretera, que por veces también se hacía empinada. De nada valía juzgar la carretera, el asunto era actuar -cómo actuar- en relación a eso que se nos hacía presente. Seguimos… en los dos últimos kilómetros un señor decidió iluminar nuestro camino. Llegamos. 


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